EN LA ESCUELA DE JESÚS TODOS SOMOS VALIOSOS. DÍA DE LXS MAESTRXS.

15.05.2022
“Nos comprometemos con la realidad social porque en la escuela de Jesús todos somos valiosos”.
Jesús es un modelo de maestro que conformó un nuevo tipo de discipulado itinerante. Una de sus actitudes más novedosas y audaz fue la de haber enseñado a un grupo a mujeres que viajaban con él, pues como bien sabemos en su época, a las mujeres no se le permitía aprender o seguir a un maestro, pues no era bien visto que tuvieran trato directo con hombres que no fueran sus propios familiares (Jn 4, 27). Y, cuando asistían al templo con motivo de una fiesta religiosa, no podían ingresar en el patio donde estaban los hombres, debiendo permanecer en el lugar exclusivo para las mujeres.
Sabemos, que los rabinos decían: “Es preferible quemar el Libro de la Ley, antes que enseñarle a una mujer”. Otro maestro judío, Rabí Eliezer, en el siglo I d.C. comentaba: “Quien le enseña a su hija la Ley, le enseña obscenidades”. También decían los rabinos: “Todos los males que existen en el mundo entran por el tiempo que los hombres pierden hablando con las mujeres”. Frente a este clima adverso hacia la enseñanza de las mujeres, Jesús les enseño y las incluyo.
Probablemente la gente cuestionaba que él admitiera a personas que la tradición judía consideraba no capacitadas para el estudio y el servicio religioso. Pero la respuesta de Jesús, al aceptarlas en su grupo, fue que toda persona es apta para el servicio de Dios.
Esta acción nos enseña que, en el grupo de Jesús, en la escuela de Jesús, todos somos valiosos e importantes. Más aún, todos somos necesarios. Jesús supo sacar enormes riquezas y descubrir un potencial impresionante en aquellas personas que la sociedad no consideraba valiosas e importantes. Porque desde la perspectiva cristiana nuestro valor como personas no depende de la aceptación de los demás, ni de que los otros nos reconozcan o aprueben. Sino del hecho de haber sido llamados por el Maestro que enseña y acompaña sin diferencias y desde la vida.
Desde este modelo de educación incluyente y humanizante la labor de cada maestrx debe buscar a través del ejemplo y coherencia enseñar una nueva forma de ver las realidades existenciales, como lo hizo Jesús, ya que los alumnxs observan en las acciones de sus maestrxs el espíritu de servicio ante la realidad vigente y así, se dejan interpelar para actuar de una forma diferente.
El compromiso social es fundamental, en el ejercicio de enseñar, es abordar el estilo de la pedagogía de Jesús como maestro y acompañante, agente transmisor y transformador de cambio desde su experiencia y el contacto con la experiencia del estudiante, de tal manera que se acompañe hacia un proyecto de ser humano en el que se eduque para transformar la vida y realidad social, es decir buscar que lxs alumnxs sean agentes de cambio.
Ser maestrx implica un compromiso con la realidad de sus estudiantes, para enseñarles de les de forma concreta a ver su compromiso con otros, acompañar para desarrollar una sensibilidad social, ya que desde la perspectiva cristiana, un maestrx acompaña en cada uno de los espacios de su vida como lo hizo Jesús, con sus discípulxs, el cual no distinguía ni clasificaba, simplemente acompañaba en aprendizaje, vivencia y orientaba desde su propia experiencia la realidad de aquellos que deseaban aprender, desde lo cotidiano y con una visión de cambio, esta experiencia se convertía en una misión que implicaba un compromiso con lxs otrxs.
El compromiso actual del maestro es a preparar una generación capaz de construir un tejido humano en orden a lo social y su espíritu solidario, que, mediante experiencias significativas de servicio, les permita ir asumiendo el gran desafío de ser constructores de cambio.