Día internacional del Orgullo LGBT+

28.06.2021

Cada año celebramos el día del Orgullo LGBT+ con el objetivo de invitar a la tolerancia, la igualdad y la dignidad de las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans. Se celebra el 28 de junio porque en tal fecha se conmemoran los disturbios de Stonewall, Nueva York, EE. UU. de 1969, que marcan el inicio del movimiento de liberación homosexual los cuales consistieron en una serie de manifestaciones espontáneas y violentas contra la policía, que tuvo lugar en la madrugada en uno de los pocos espacios de libertad para la comunidad homosexual que era conocido como el Pub Stonewall, donde era acosada con frecuencia por las autoridades, las personas de la comunidad se hartaron de estos acosos homofóbicos ya que ese día quisieron arrestar a varias de las 200 personas que se encontraban en el bar por razones tan simples como el que dos hombres o mujeres bailaran juntos o no llevaran ropa considerada tradicional para su sexo.

Frecuentemente se menciona este acontecimiento como la primera ocasión, en la historia de Estados Unidos, en que la que la comunidad LGBT luchó contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el consentimiento del gobierno, y son generalmente reconocidos como el fermento del movimiento moderno pro-derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.

La noción básica del "Orgullo LGBT" consiste en que ninguna persona debe avergonzarse de lo que es, cualquiera que sea su sexo, orientación sexual o identidad sexual. El término escogido "orgullo", tiene probablemente más sentido, desde un punto de vista filológico, en inglés que en español. La idea que transmite este concepto es la de una dignidad intrínseca de cada ser humano, que no debe verse afectada por su conducta ni orientación sexual. En este sentido se trata de dignidad LGBT.

La dignidad es una dimensión intrínseca del ser cristianx, una dignidad que tiene proyección evangélica, pues no podemos adentrarnos en la dignidad de hijxs sino lo hacemos desde la humanidad, el ser hijxs de la Divinidad, no es una repetición del ser humano, sino una dimensión suya: una elevación y enriquecimiento de su ser, una perfección, que le eleva al plano sobrenatural y le da las correspondientes potencias, es decir las personas somos dignas por el hecho de existir y haber sido creadxs.

Jesús se hace humano para enseñarnos a ser hijxs, en el evangelio nos muestra en muchas ocasiones que su mensaje debe llevarnos a rescatar el valor de cada persona, más allá de lo que la estructura social y religiosa nos lleva designar como bien o mal, pecado o gracia, dejando a un lado los juicios moralistas que deshumanizan y despersonalizan, a Jesús le importa la persona y reconoce más allá de sus acciones la dignidad y la vida a través de gestos compasivos, cercanos, bondadosos y misericordiosos, asumiendo riesgos por defender a la persona y su dignidad.

Sin embargo, teniendo conciencia del mensaje evangélico las personas hemos participado del proceso de asignar etiquetas o categorizar las acciones de los demás en base a lo que la estructura religiosa y social ha designado como bueno o malo, esto nos lleva a construcciones sociales basadas en las maneras particulares en las cuales lo que es considerado como "natural" es ejercido. Ante esto Según datos obtenidos del libro Conociendo nuestra diversidad todas las personas que se alejan del binarismo hombre-mujer y de la heterosexualidad son discriminadas por un amplio sector de los cristianismos, el 83.9% de las personas encuestadas pertenecientes a la comunidad LGBTTTI+ fueron educadas como católicas; sin embargo, sólo el 49.6% mantiene sus creencias.

Ante esta situación los cristianos nos hemos dejado llevar por estos juicios adheridos, en las que algunas veces son positivos otras veces negativos y, a menudo, se generan extrañas combinaciones de ambos, para describir la manera en que el género y las representaciones de la sexualidad han sido definidas/construidas socialmente y que ha influido en la compresión contemporánea de la divinidad y, en la manera de ser de las diferentes iglesias en el mundo.

Debemos reconocer la liberación de las experiencias de género y representaciones de la sexualidad para alcanzar la vida abundante que Jesús nos ha prometido y superar los procesos a los cuales las personas nos hemos sometido por el heteropatriarcalismo, debido la estructura mental, social y religiosa que define el mundo, nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestro género y nuestra sexualidad.

Tratando de aportar frente a esta realidad determinante y exclusiva algunos movimientos dentro del cristianismo han surgido como la teología queer que ha hecho así importantes contribuciones para comprender el entrelazamiento de identidades, modos de conocer, políticas, economías y religiones haciendo un trabajo crítico y constructivo, cómo en la experiencia de opresión de las personas LGBTIQ+ en la Iglesia y la sociedad así constituye una influencia performativa.

Según la revista Concilium uno de los varios significados del verbo to queer es "transgredir", y las teologías queer son transgresoras de muchas maneras: en su crítica a las tradiciones, normas y autoridades, en sus persistentes, aunque siempre falibles e insuficientes, búsquedas de lo divino, en su movimiento más allá de la torre de marfil académica, en su compromiso político y social, en su apertura a la sabiduría de los cuerpos y deseos, y, no menos importante, en su transgresión de las fronteras entre denominaciones y religiones al redescubrir el poder vivificantes de las espiritualidades.

Esta teología ha buscado la dignidad, los derechos inclusión e igualdad de la comunidad LGBT+ dejando ver las normativas/hetero sobre el sexo, el género y la sexualidad y de calificarlxs como extraño y antinatural, cuestionando, buscando la liberación en términos de género y de las representaciones de la sexualidad que implica evitar la clausura de la doctrina en esquemas acotados o en imágenes que no posibiliten dialogo y común/ión con otras imágenes surgidas en distintos contextos, así como también relacionar las distintas experiencias de comunidades en torno a la divinidad.

Es necesario abrirnos a una posibilidad de diálogo para seguir repensando estrategias desde la teología que surjan en el contexto de comunidades de resistencia y disrupción del sistema heteropatriarcal y a la luz del evangelio centrémonos en lo que importa: los cuerpos, sus localizaciones, relaciones, los significados y valores que emergen de la comunidad LGBT+, acerquemos con compasión y ternura a los miembros de esta comunidad con igualdad de derechos e invitémoslos a la mesa como miembros e hijxs de la familia cristiana, tratando de imitar a Jesús.