María, buena noticia para el pueblo entristecido
Mtra. Lucila Servitje
Muchas personas interesadas en las tradiciones de fe y en la cultura de nuestro pueblo se preguntan sobre el significado que tiene para éste, la figura de María y, en particular, la advocación de Guadalupe.
En la tradición sobre María confluyen instancias bíblicas, experiencias de apariciones, relatos muy diversos y devociones profundas. En cada momento de la historia se han presentado facetas diferentes; pero en casi todos, su recuerdo y su imagen han sido capaces de tocar en profundidad las necesidades del pueblo pobre y creyente.
En la devoción a María de Guadalupe podemos encontrar cómo, lo que los evangelios nos enseñan sobre María, se profundiza a través de experiencias de aparición narradas y compartidas. Las imágenes, las prácticas y los ritos, frutos de ese compartir, fortalecen la fe y animan las tareas, las luchas y las resistencias que exige la realidad.
La historia registra que después de haber sufrido una cruel conquista, las mexicanas y los mexicanos tuvieron una experiencia especial de la presencia de María. Se narra que Juan Diego, uno de los mexicanos conquistados, vivió una experiencia de aparición. En ella María le dijo que él debía acudir personalmente ante el obispo y pedirle que construyera un lugar, "una casita" para que allí las personas, que tanto habían padecido, pudieran conocer, experimentar y celebrar de manera cercana, ese amor de Dios que María, según los evangelios, logró recibir y conservar.
En la narración de Lucas vemos que María supo escuchar la voz que venía de Dios, a pesar de que le hablaba de dificultades que parecían imposibles de vencer. En la narración de la aparición, vemos como ella anima a Juan Diego a ponerse de pie, a presentarse ante personas importantes y a no dejar de insistir en que su palabra sea escuchada y creída. María, quien según el evangelio, en medio del peligro, del rechazo social y de la soledad, supo reconocerse dichosa, bienaventurada, dice a Juan Diego que él también es amado, bienaventurado. De esta manera, María, la mujer que afirmó que en ella Dios había hecho grandes cosas, invita a Juan Diego -y a todo el pueblo y a todos los pueblos a través de él- a participar de esa grandeza.
Cuando algo viene de Dios, nos pone en marcha, se manifiesta en nuestra capacidad para dejar de preocuparnos sólo por lo nuestro y disponernos al servicio de otras personas. María, según Lucas, fue a ayudar a su prima embarazada. Juan Diego, según el libro del NIcan Mopohua, asumió el valor y la paciencia para soportar insultos, maltratos y largas esperas, hasta que los guardias lo dejaron pasar y el obispo reconoció su misión.
De esta manera podemos apreciar que ante la desolación, el pueblo experimenta que María le invita a construir lugares, relatos, espacios de acogida, en donde sus hijas e hijos encuentran consuelo, ánimo y luz para discernir. La experiencia de la aparición invita a que el tiempo y el espacio sean transformados gracias a las imágenes con las que el pueblo escoge comprender y expresar su vida. Es así como construye esperanza en la historia.
Según el relato, la imagen de María es ocasión de conversión para Juan Diego, haciéndole asumir su dignidad y valor. Pero también lo es para los guardias y para 'el que gobierna, obispo' que tuvieron que reconocer sus limitaciones y su cegueras.
Hoy, la devoción a María de Guadalupe, nos puede animar a despertar de nuestras búsquedas equivocadas para reconocer que Dios se manifiesta especialmente en las personas más necesitadas, que muchas veces creemos insignificantes. Esto tiene consecuencias personales en nuestras vidas, pero también sociales. Dios, en María, nos invita a convertirnos desde el interior, a desechar temores y falsas ilusiones; pero también nos llama a transformar, a construir un espacio y una historia diferentes.
Para celebrarlo hoy podemos cantar, al son de 'La Guadalupana', la narración de las apariciones a Juan Diego y el mensaje para nuestra vida personal y comunitaria:
LA GUADALUPANA
DESDE EL CIELO UNA HERMOSA MAÑANA
MARÍA GUADALAUPANA, LA HISTORIA MEXICANA
LA HISTORIA MEXICANA QUIZO ACOMPAÑAR
1.- Tristes estaban l@s mexican@s, (2)
Porque otros hermanos, porque otras hermanas
Porque otros hermanos les quitaron paz.
2.- Mas María les llevó la alegría, (2)
La luz y alegría, la luz y alegría
la luz y alegría, a ese duro duro esperar.
3.-Por el monte pasaba Juan Diego (2)
y acércose luego, y acércose luego
y acércose luego, al oír cantar.
4.- Y María a Juan Diego le dijo: (2)
Ve , dile al obispo, que este pueblo elijo,
que este pueblo elijo, para hacer mi hogar.
5.- Va Juan Diego y muy triste se vuelve, (2)
No soy importante, no soy quien resuelve,
¡Sólo al importante quieren escuchar!
6.- Y María le responde serena: (2)
Eres importante. Dilo al que gobierna,
Mi imagen morena a ti voy a dejar.
7.- En la tilma que rosas guardaba, (2)
su imagen amada, su imagen amada,
su imagen amada, tuvo a bien plasmar.
8.- De los guardias que lo amenazaban, (2)
no desesperaba, no desesperaba,
no deseseperaba, nuestro hermano juan. (2)
9.- El obispo que antes recelaba, (2)
ya se arrodillaba, ya se arrodillaba,
ya se arrodillaba, ante el macehual. (2)
10.- Ya en mi pueblo, la fe mexicana, (2)
es guadalupana, es guadalupana,
es guadalupana, como algo especiaL. (2)
11.- Si sus penas lo postran de hinojos, (2)
María abre sus ojos, le abre bien los ojos,
le
abre bien los
ojos a su
dignidad. (2)