La sacralidad de la Tierra y el llamado de Dios al cuidado de la vida

22.04.2022

Ana Lilia Salazar Zarco

No es una casualidad que en la Biblia Dios constantemente recurra a la Tierra y a la agricultura para ilustrar las metáforas de sus llamados a la vida digna ¿Y para qué Dios nos habla desde la Tierra para ello? Considero que es para demostrar dos cosas: la sacralidad de lo humano "Dios se hizo humanidad", de su materia prima que es barro, agua y tierra "Polvo eres y en polvo te convertirás" y la sacralidad de la vida y de lo que la reproduce materialmente: el alimento, la tierra y el agua.

Por lo menos en 26 ocasiones encontramos en los mensajes de Dios en la Biblia referencia sobre la Tierra (Génesis 1:11, Génesis 1:24, Levítico 25:19, Levítico 26:4-5, Salmos 67:6, Salmos 85:12, Números 13:20, Deuteronomio 1:25, Deuteronomio 28:4, Deuteronomio 28:11, Deuteronomio 30:9, Ezequiel 34:27, Zacarías 8:12, Isaías 30:23, Salmos 72:16, Salmos 72:16, Isaías 55:10, Hebreos 6:7, Isaías 36:17, Malaquías 3:11, Mateo 13:8, Mateo 13:23, Marcos 4:8, Marcos 4:20, Lucas 8:8, Santiago 5:18). Con la constante aparición de la Tierra en el mensaje de Dios, él quiere manifestar que ésta es la gran maestra de la humanidad, pues nos acompaña a conocer y respetar los ciclos y sus temporalidades y a tener la sabiduría de la paciencia que nos enseña que, a pesar de las inclemencias, ella siempre producirá frutos. Asimismo, con La siembra y la cosecha Dios nos revela la necesidad de "sembrar" justicia para que el fruto sea la paz y que cuando se siembra amor se cosecha vida.

Lo anterior, permite que las y los cristianos nos coloquemos de frente a la desgracia que representa el no cuidar de la Tierra, pues es nuestra subsistencia, es vida y no velar por ella es muerte y, por lo tanto, un pecado social. Pues si Dios nos bendice con los frutos de la Tierra para que podemos hacer realidad el proyecto de justicia que él tiene para la humanidad y el planeta, el no cuidar de la Tierra es no recibir las bondades y la gracia que Dios nos regala, significa rechazar la bendición de la vida. Alejarse del proyecto de Dios es creer que somos los dueños de la Tierra, explotarla sin medida y considerarla un objeto de cambio, una mercancía.

Ahora bien, si la Tierra es de Dios y todos los frutos que se producen en ella vienen de él, entonces cuidarla es tarea sagrada y trabajarla tiene una profunda dimensión espiritual y religiosa. La invitación que esta reflexión pretende fortalecer el sentido espiritual/religioso del cuidado de la Tierra y del trabajo sobre ella (la agricultura), a pedirle permiso para trabajar para producir alimentos y a agradecer cuando hacemos repartición de la comida, la cual, debe llegar a todas las manos y estómagos. Esta reflexión es un llamado a considerar a la Tierra como fuente de vida para todas las personas y a cuidarla procurando el bienestar de todos nuestros pueblos y comunidades.

Fuentes:

Tierra y agricultura en la literatura bíblica. (Disponible en: https://raulugo.indignacion.org.mx/archivos/category/sociedad)

25 Versículos de la Biblia sobre Tierra que produce. (Disponible en: https://bible.knowing-jesus.com/Espa%C3%B1al/topics/Tierra-Que-Produce)