DÍA INTERNACIONAL DE LAS DESAPARICIONES FORZADAS

30.08.2021

El día internacional de las desapariciones forzadas se declaró el 21 de diciembre del 2010, para ser recordado el 30 de agosto celebrándose por primera vez en 2011. Con la finalidad de mostrar un conjunto de principios que deben ser aplicados por todos los Estados, dónde se producen desapariciones forzadas. Según la ONU las desapariciones forzadas consisten en: arrestar, detener o trasladar contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley.

En los contextos de conflictos armados, violencia social, estatal, contra poblaciones en situación de discriminación y en las migraciones surgen las desapariciones forzadas como método para instaurar el miedo en nuestras regiones y se ha constituido como una práctica sistemática, que ha sido permitida por los diferentes gobiernos, ya sea por acción u omisión.

Estos contextos nos hablan de personas desaparecidas a través de la voz de familias que durante muchos años los buscan en países como El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México y Colombia; que, además, exigen urgentemente a las autoridades de los Estados de la región para que cumplan con su obligación de establecer acciones de búsqueda de personas, de investigación y realicen las reparaciones que corresponden.

Las desapariciones afectan de manera directa a las víctimas, las cuales muchas veces son torturadas y se mantienen temerosas de perder la vida, saben bien que sus familias desconocen su paradero y que son escasas las posibilidades de que alguien venga a ayudarlas. Al habérselas separado del ámbito protector de la ley y al haber "desaparecido" de la sociedad, se encuentran, de hecho, privadas de todos sus derechos y a merced de sus aprehensores.

De manera indirecta pero cercana afecta a los miembros de la familia, que no saben lo que está pasando con seres queridos y cuyas emociones oscilan entre la esperanza y la desesperación, cavilando y esperando, a veces durante años, noticias que acaso nunca lleguen. La angustia de la familia se ve intensificada con frecuencia por las consecuencias materiales que tiene la desaparición. El desaparecido suele ser el principal sostén económico de la familia. También puede ser el único miembro de la familia capaz de cultivar el campo o administrar el negocio familiar. La conmoción emocional resulta pues agudizada por las privaciones materiales, agravadas a su vez por los gastos que hay que afrontar si los familiares deciden emprender la búsqueda.

Cada día se vuelve más urgente la necesidad de atender de inmediato y de forma integral a las víctimas y familiares de ellas, todo de conformidad con los derechos establecidos en tratados internacionales vigentes como la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas y la Convención Interamericana sobre desaparición forzada de personas.

Conforme a estos tratados y derechos es necesario que los impactos sean diferenciados en las mujeres, la niñez y adolescencia y otras poblaciones en situación de discriminación y desventaja y establecer algunos principios cómo:

  • El respeto de la dignidad de las víctimas y sus familias.
  • Participación de las familias para conocer los avances en la búsqueda.
  • El proceso de búsqueda integral de las personas desaparecidas debe iniciarse y llevarse a cabo con la misma efectividad que la investigación criminal.

Saber la verdad sobre dónde están los desaparecidos y desaparecidas es un derecho de las familias y de la sociedad en su conjunto. Por solidaridad y amor con las víctimas de desaparición forzada y sus familiares, se debe seguir buscando y exigiendo que los Estados asuman su responsabilidad.