Día Internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia

17.05.2022
Lic. Patricia Moreno

Fue en el año de 1990 cuando se eliminó a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales del catálogo de la OMS y, no es hasta el 2004 que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclama el 17 de mayo el día Internacional contra la homofobia, transfobia y la bifobia. Ambas acciones representan un pequeño paso en la historia, frente a todos los años de sufrimiento de miles de personas que componen a la comunidad LGBTTTIQ+.


La comunidad LGBTTTIQ+ se ha experimentado en medio del rechazo, de la violencia, opresión e incomprensión no sólo de la sociedad sino de la familia y amigos más cercanos que no les aceptan tal y como son. Seria ingenuo decir que desde hace algunos años se ha recrudecido la violencia contra ell@s, pues de sobra se sabe que, su lucha viene desde hace muchos años atrás. Sin embargo, es hasta finales de los años 60´s, que un acontecimiento marcó el origen del movimiento lésbico- gay. Mientras se luchaba por los derechos de las personas con VIH en Nueva York, varias personas que estaban contagiadas, perdieron la vida tras haberles ocultado información sobre cómo se podría sobrevivir a esta enfermedad. La causa del descontento fue que la mayoría de las personas que estaban infectadas, correspondían al sector de la sociedad discriminada y excluida, es decir, a personas homosexuales, que no eran reconocidas por el sistema político, social y económico (Córdoba 2005 39).

Ese fue el inicio, quizá, de la búsqueda del discurso en primera persona, para luchar por los derechos de las personas consideradas gay y lesbianas, fue ese hecho lo que marcó el interés para organizarse y pelear por lo que siempre habían querido, el reconocimiento y la liberación que necesitan y necesitaban, para vivirse de forma “normal”, sin temer a la violencia, sin ser objetos de burlas y exclusiones, no sólo por su apariencia sino por el mismo sistema que los rechaza al no reconocerles como personas.


El primer movimiento de liberación tuvo que ser subversivo, llamar la atención para ser escuchados, pues la bandera gay que conocemos, no tenía la fuerza ni el impacto que hoy tiene. El movimiento gay y lésbico se unió a los movimientos de liberación de las feministas que se enfrentaban a la política, exigiendo otro lenguaje de inclusión sobre la diferencia sexual, con intención de crear cultura y otro tipo de comunidades, en las que fuera posible no discriminar y estar abiertas a la búsqueda de la esencia del ser humano (Córdoba 2005 43).


Ante este contexto del siglo pasado y el nuestro, ¿qué puede decir la teología? De la mano de la teóloga Marcella Althus-Reid y su propuesta de la “teología indecente”. La teología tiene como quehacer teológico demandar el compromiso profético que exige una respuesta ante los miles de marginad@s. El mensaje teológico debe “salir a buscar” a l@s marginad@s, a l@s rebeldes y dar cuenta de lo que acontece, sin disfrazar la realidad, pues Dios escucha el clamor de su pueblo (Éx 3, 7). Sólo desde el contexto del dolor, de la frialdad del rechazo, de la vulnerabilidad de la violencia, de sentirse roto y herido se puede crear un nuevo lenguaje que desafíe a todos aquellos que no conocen estas realidades.
La teología indecente parte de la mirada que Jesús enseñó, es decir, mirar los contextos, “dejarse tocar” y responder con solidaridad y hospitalidad ante los marginad@s sociales, polític@s y teológic@s. Dios y su Hijo están dispuestos a recibir en la herida, para curar y consolar. Son capaces de desviar su camino si es necesario, están atentos para reaccionan a este tiempo y espacio. Se encarnan, en un cuerpo que exige sentir, amar, curar, desear, consolar, abrazar… Jesús enseñó que es posible el Reino de Dios si estás dispuesto a correr el riesgo de cambiar todo lo que has vivido, todo lo establecido y apostar por un cambio de horizonte de sentido que permita la vida para tod@s, sin importar quienes son. Como diría Pablo en su carta a Gálatas: Ya no hay diferencia entre quien es judío y quien es griego, entre quien es hombre o esclavo y quien es libre; no se hace diferencia entre hombre y mujer. Pues todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús (Gál 3, 28).


 Por eso, hoy que conmemoramos este día tan importante que nos recuerda ir en contra de la homofobia, transfobia y bifobia, el miedo al diferente nos hace olvidar que tod@s somos hij@s de Dios, y que el llamado como cristianos no es a separar el trigo de la cizaña (Mt 13: 24-52), esta acción le corresponde únicamente a Dios. Nuestra función como seguidores de Jesús es creer y hacer posible el Reino de Dios en acciones a través del servicio, amor, generar consuelo, relaciones de fraternidad y reciprocidad, hacer el bien unos a otros, en nuestro espacio y tiempo. Nuestra misión es sumar, incluir a más personas no restarlas, excluirlas.


Bibliografía

CÓRDOBA, David, et al (Eds.). (2005). Teoría queer. Políticas bolleras, maricas, trans, mestizas. Barcelona: Editorial Egales.


GONZÁLEZ Faus, José Ignacio (2001). Memoria subversiva memoria subyugante: presentación de Jesús de Nazaret. Barcelona: Cristianisme i Justicia.


KLAUSNER, Joseph (2006). Jesús de Nazaret: su vida, su época, sus enseñanzas, Barcelona: Paidos.


MARCELLA ALTHAUS-REID (2005). La teología indecente. Perversiones teológicas en sexo, género y política. Barcelona: Ediciones Bellaterra.